
Comenzamos… de pequeño solía venir a veces a A Coruña (dónde ahora estudio), ciudad notablemente más grande que Santiago, y como niño me impresionaba ver una ciudad con tantos edificios, coches, etc. (Me pasó lo mismo el año pasado en Madrid, en eso no crecí). Una de las cosas que más me fascinaba, realmente que más me asustaba, era la avenida Alfonso Molina, 3 carriles por cada sentido en medio de la ciudad dónde infinidad de coches se cruzan de un lado a otro. Y claro, para mí era increible estar en ese mundo, dónde no controlaba qué carril era el correcto, o más bien donde no podría encontrar el camino de vuelta a casa (aunque lógicamente no era yo quien conducía). Pasaron unos cuantos años y me vine a estudiar aquí a Coruña, y aprovechando que empezaba carrera y acababa de cumplir 18 años, me puse a sacar el carnet de conducir. La primera práctica fue poco más que dar unas vueltas a un parking, y hablar con mi profesor, muy simpático él, al que le comenté que el tráfico de Coruña me parecía una locura, que incluso de pequeño le tenía miedo a Alfonso Molina.
Y al día siguiente (no recuerdo la fecha), la práctica de conducir desembocó irremediablemente donde os estáis imaginando: Alfonso Molina. Fue una gran experiencia personal, atacar a mi viejo temor de frente, fue una de mis liberaciones, por medio de esa gran avenida conduciendo a 30km/h (con los nervios eso pensaba yo, iluso, que miraba el cuentarevoluciones en vez del de la velocidad xD). Pero como lo que bien empieza, bien acaba, volví al piso, dónde no me acuerdo muy bien por qué, decidí afrontar otra de mis taras y fregar el water (además con público animándome). También una experiencia realmente
Por eso, ahora que estaba limpiando el baño de mi piso (por cierto, infinitamente más limpio que el del piso de hace 2 años), me acordé de aquel día, y aprovechando que recibí una consulta sobre código Java en plena faena, y además la voz del doctor maligno recreada por Mozilla me informaba de que tenía un e-mail nuevo, aproveché para plasmar la historia en el blog.
(Disculpen lo asqueroso (y parcialmente insignificante) de la historia, pero llevo desde hace más de 48 horas sin salir del piso, durmiendo lo mínimo y el resto del tiempo en el ordenador con una práctica para la facultad, otro día más y me tendrían que sacar con camisa de fuerza)
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