Creen, porque la gente no habla ya de mí­,
que estoy más acabado que Antonio Machí­n.
Dense prisa si me quieren enterrar,
pues tengo la costumbre de resucitar,
y salgo del nicho cantando,
y salgo vivo y coleando.
[...]

Pasándolo bien (Joaquí­n Sabina)

Estos dí­as vuelvo a hablar con mis amigos de lo muerto que está el IRC. Problemas técnico-morales a un lado, es una verdadera lástima que el IRC haya dejado de ser lo que es, un lugar donde poder abrirle un privado a cualquier desconocido y empezar a hablar y a hablar.

Con Messenger (y demás programas de mensajerí­a instantánea, este es un post constructivo y positivo, hoy no voy contra nadie) no se pueden “conocer” nuevas personas, ya que tienes que agregarlas conociendo su dirección de correo. Pero hoy por casualidad me he encontrado gentemsn.com, en principio lugar de exibición de carne quinceñera de los dos sexos, para su posterior calentamiento ví­a internet (vamos, como el IRC xD).

De todas formas, una polí­tica de agregación compulsiva de gente desconocida me ha servido para mantener impresionantes conversaciones como consejos sentimentales sobre tu ex a una de nosedonde, valorar si la felicidad se encuentra en la felicidad momentánea o en el camino hacia el intento de cambiar las cosas injustas… o convencer a un chico tunero (tunero, amante de la modificación del aspecto de vehí­culos) de que yo era el gran Doctor Malvedades, que habí­a sacado su dirección de correo del fondo del mar de Torremolinos y que pretendí­a dominar el mundo, con su ayuda o sin ella.

Tengo que admitir que nunca me habí­a reí­do tanto con un programa de mensajerí­a instantánea.