Ayer por la noche, todavía no se muy bien cómo, acabé en una charla sobre sobre BDSM (Bondage-Dominación-Sadismo-Masoquismo). No tenía interés especial por el tema, pero tengo que admitir que oir hablar de eso en una cafetería es espectacular. La señora en cuestión explicaba a los profanos cómo, dónde, por qué y con quién se realizaban estas prácticas sexuales, sin ningún tipo de tapujos.
Se trata de transformar el dolor en excitación. Pero el objetivo no es el dolor, es hacer algo que tu amo/ama te está mandando. Es un juego, lo divertido es saber que tienes que hacer lo que te mandan.
Además, traía un amplio surtido de juguetes, de los cuales explicaba su funcionamiento, que iba enseñando su colaborador. Me explicó el funcionamiento de un látigo, el peso estaba equilibrado para no hacer daño, era sorprendente ver que al pegarte no te hacía daño. A mi me pegó en la mano muy despacio, le iba a decir “dame más fuerte, no pasa nada”, pero recapacité y pensé que no quería acabar la noche sodomizado en su piso.
Los juguetes de sado son muy muy caros, por eso utilizamos cosas que vemos por casa, lo llamamos Bricosado. El matamoscas, la escobilla del WC, los estropajos, las pinzas de la ropa, la tabla de cortar el pan, la raqueta de ping-pong…[...]
Este es mi collar de perra. Me lo compré en el Carrefour, y me lo probé allí mismo a ver que tal me quedaba. Mi hijo me dijo se fue para otro pasillo. Tiene 21 años y sabe todo lo que hago, dice que estoy como una puta cabra, pero el cabrón me coge las fustas para pegarle a su novia.
También nos explicó las jerarquías que existen, un amo/ama tiene uno o varios esclavos, que sólo pueden tener un amo/ama. Entre amos, se pueden dejar los esclavos. Existen símbolos, tanto por internet como reales, para saber que uno es esclavo y esta buscando amo.
Tu amo te manda un sms diciéndote que tienes que entrar en el próximo bar que veas, meterte en el baño y masturbarte hasta que casi te hayas corrido. Después, paras y te vas a hacer la compra al super con un trozo de estropajo en cada pezón. Y así quedas, angustiada hasta que te mande otro sms y te diga que ya te los puedes quitar. La angustia es tremenda, estas toda excitada y sufriendo por los estropajos. Además, la puta de la cajera va más lenta que nunca…
Para alivio de una que yo me se, no llevaré a la práctica lo aprendido. Conclusiones de la noche: Esa cafetería se merece un marco de oro en el primer puesto de mi Hall-Of-Fame de cafeterías. Charlas sobre astronomía, masoquismo, fotografía o demás temas en los que no tenga especial interés pero si curiosidad es lo que puedo buscar en una cafetería para ir a tomar algo por la noche. Las demás, se pueden meter su disco de reguetón por el culo.
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