Puede que Calcetines sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta. En casa decimos que su mal carácter –bonito eufemismo– es consecuencia de su triste condición de huérfano. No es por justificarle, pero ¿cómo se lo tomarían ustedes si fuesen abandonados nada más nacer, en plena noche?Mi gato se llama Calcetines, Nacho Escolar
Una historia que empieza así tiene que acabar bien, aunque como las películas de Woody Allen pegue un giro radical por el medio. Bien, la cuestión es que primero fue el hijo, luego el padre y ahora la madre tambien tiene un blog. ¿No es genial? Ahora ya no, porque es tarde, y sería cruel, pero si me hubieran dejado escoger familia antes de nacer…