No son nubes, no. Es la gran obra del ser humano, dudo si por dinero (me dicen que no) o por simple locura.
Y como cada uno ataca por donde puede, me toca hablar de irónica publicidad contextual, en la foto de más abajo. No es contextual, es casual, y ya es el segundo medio en el que lo veo. Lo gracioso es que si la situación estaba prevista (no es muy difícil, ocurre todos los años aunque este más) no haya medios para evitarlo. Y sin caer en críticas de señoras de televisión que dicen que no hay derecho que esto lleve ardiendo toda la tarde y nadie haya venido a apagarlo, a un nivel más global parece que no estabamos preparados para lo que sabíamos que iba a ocurrir.
Un saludo entre humo, sirenas y aviones. Y eso que la ciudad no arde (de momento).
Más información y fotos en el correo gallego... y en los blogs.
P.D.: Ni el hospital clínico se libra.
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