No todo es paraíso, la isla tiene sus múltiples detalles indignantes. Mención especial para el agua. Os cuento mi experiencia:
Según mis teorías, hay tres tipos de agua en la isla (además de la de mar).
- Agua en las fuentes del camping. Etiquetada con carteles de No malgastar el agua, no lavar, no fregar. Ningún cartel sobre potabilidad, deducimos que se puede beber. Tiene un sabor vomitivo, y eso que yo bebo agua del grifo, agua embotellada… la que sea menos esa.
- Agua en duchas, lavabos, fregaderos... Me temo que sea la misma que la anterior. Lo que quiere decir que tanto control por esas fuentes sería estúpido ya que la gente que trabaja en la isla desperdicia el agua, como se puede ver en las siguientes fotos.
- Agua para inodoros. Y le llamo agua por llamarle algo, ya que se reutiliza. Es decir, al tirar de la cadena no es agua, sino lo del hombrecillo anterior pasado por un colador. ¿Asqueroso, a que sí?
El sistema de lavado allí es el manguerazo limpio: las terrazas de dos restaurantes, el suelo y los fregaderos los limpian a manguerazo limpio. Indignante teniendo en cuenta que en los WC utilizas el agua tipo (3), y sería brutalmente indignante si se confirma mi teoría de que el agua (1) y la (2) son la misma.
El tema del agua enlaza con el tema del camping: botellín de agua de 0.5 litros, 1.2 €. No hay botellines de mayor tamaño. El resto de cosas de la tienda-supermercado tiene también un precio considerablemente alto. Lo daría por bueno teniendo en cuenta que hay que pagar el transporte, pero algunos detalles como la mala atención por parte del personal de la isla hacen que no haya quedado muy contento con el camping.
Otros detalles que no me gustaron: maquinaria al lado de chalets, tractores y sobre todo despilafarro de electricidad (máquinas de granizado encendidas todo el día), sobre todo teniendo en cuenta que la electricidad se genera con motores diesel.
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