Utilizo Winamp como reproductor de música desde el principio de los tiempos. Hace unos años pensaba que allá por la versión dos punto algo había alcanzado su perfección, y cualquier cambio que le hiciesen simplemente lo estropearía. Así ha sido.
Hay aplicaciones que funcionan mejor cuanto menos notas que existen. A nadie le preocupa un cajero automático hasta que falla o cambian la versión por otra más lenta o menos usable. También puede que la siguiente versión la mejoren, pero el riesgo no compensa al usuario.
Para mí el Winamp es una de ellas: cargo la música, le doy a reproducir y no quiero saber nada más de él. Lógicamente, para sus creadores esa política no es rentable, y van añadiendo “mejoras” hasta que en una versión mi indiferencia pasa a cabreo: la principal feature para la 5.5 es que la playlist no puede ser independiente, y por tanto no puedo ver una lista larga de canciones a la vez sin hacer scroll. Quizás hay alguna forma de hacerlo, pero la verdad es que prefiero dedicar mi tiempo para curvas de aprendizaje en algo que me aporte más que una aplicación que llevo una década utilizando.
Edsger Dijkstra lo dejó muy claro hace unos años:
Entonces improvisan algo para venderlo. No tiene por qué ser bueno, siempre puedes engañar a la gente para que lo compre e intentar hacer versiones mejores más tarde.Así que tienes esos números de versión, incluso con decimales, versión 2.6 o 2.7. No tiene sentido. La versión 1 debería haber sido el producto finalizado.
La frase está sacada de una entrevista (disponible en Youtube, en holandés subtitulada a inglés) que recopila algunas de sus mejores ideas. Además de un genio de la ciencia informática (no la informática de “consumo”) era un filósofo.
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