Hoy abrí casi por casualidad el vídeo Moby – Porcelain en Youtube. En ese momento me entraron ganas de seguir escuchando música, pero en el portátil no tengo un gran repertorio. ¿Por qué no tirar de Youtube? Si puede haber Youtube Party, la música de fondo debería ser pan comido.
El problema es que la calidad de la música de Youtube no es especialmente buena. Hace unos cuantos años sufría con los mp3 a menos de 192 Kbps de bitrate, y en Youtube por lo que veo andan por 64 o 128 Kbps (parece que depende de varios factores, pero sin entrar en cuestiones técnicas, “se oye mal”).
Y aquí encontramos un ejemplo de esa vuelta atrás. Realmente no es eso, sino una pérdida de ventajas a cambio de otras más grandes. Ahora tenemos vídeo instantáneo de casi cualquier canción (incluyendo joyas que me alegran el día), pero esa comodidad ha hecho que nuestras costumbres se modifiquen y nos volvamos algo más vagos, perdiendo parte de lo que teníamos antes. Como es lógico, no es un problema de la tecnología sino del uso que le damos.
¿Más ejemplos? Para mí el más grande, el paso del IRC al MSN Messenger que muchos sufrimos hace unos años. Pasamos de tener un interfaz algo seco pero con muchas funcionalidades a un programa “para tontos” completamente capado y en el que hacer cosas sencillas, como hablar con varias personas a la vez, ya no es tan obvio como lo era antes. Y no hablamos ya de ver cuánto tiempo lleva sin hablar una persona, cuánto tiempo lleva conectada, etc.
Y mi ejemplo favorito, por lo sencillo que es: en Yoigo, no recibes el aviso de llamadas perdidas si no tienes el buzón de voz activado. Me planteo pasar mi línea personal a Yoigo y aceptar este pequeño handicap. Este servicio me pareció muy interesante cuando lo tuve por primera vez, y ahora veo que podría renunciar a él sin mucho problema. Da que pensar, ¿no?
2 comments