Ayer estuve en el mejor concierto al que he ido nunca, si exceptuamos mi devoción casi religiosa por Joaquín Sabina. La Casa Azul es un “grupo” formado por Guille Milkyway, un productor que decidió crear un grupo prefabricado pero con un estilo de música muy distinto. Los cinco chicos que salen en los vídeos no actúan en los conciertos.
Yo lo conozco desde hace unos cuantos años, mucho antes de esas tendencias mainstream: ahora salen en Los 40 y están nominados para Eurovisión. Es uno de estos grupos que no podía decir que escuchaba sin que me mirasen mal. Sus primeros discos eran canciones muy tristes cantadas de la forma más ñoña posible, una forma positiva de ver lo negativo.
Del concierto me encantó el lenguaje audiovisual que utiliza: los “chicos” del grupo aparecen de forma virtual, sólo en determinadas ocasiones, y normalmente con caras de inexpresividad. Son sus máquinas, su forma de transmitir la canción, aunque ellos ni pinchan ni cortan. ¿Frivolidad? No, sinceridad. La evolución de la música.
Las animaciones en las pantallas, contextuales a la canción e incluso a cada palabra, hacían que la música entrase por los ojos. Algunas, con estética pixel/space invaders, me quedaron tan marcadas que puede que terminen teniendo su implementación como decoración en mi habitación. Una mezcla entre estilo retro-pop y dorkbot
Todo ello combinado con un artista que se olvida de las canciones, lleva el orden anotado en un papel (choque entre tecnología y clasicismo), se muestra tímido y se olvida de la letra de las canciones. ¿Es así realmente o es parte del producto? No sé cuál de los dos casos me parecería más espectacular.
Artistas, piratería y conciertos
Salgo de allí también con una reflexión, sin la cual quizás me podría haber ahorrado el post. La música no está muerta, es el modelo de negocio de las discográficas el que lo está. No, no aporto nada nuevo, pero es que está claro que algunos saben adaptarse, ofreciendo un espectáculo multimedia único que no tendría sentido enlatar en un cd a 18€ la unidad.
Fotos y vídeos
Ninguna son mías, están enlazadas a la galería de Flickr donde las he encontrado, hay más. Os dejo un vídeo (tampoco mío), una de las canciones más impresionantes, Cerca de Shibuya (es una región de Japón característica por un estilo de música, y que hoy por casualidad he visto que Casio tiene allí su sede). En Youtube hay bastantes en directo, aunque es bastante distinto de vivirlo en primera fila.
La Casa Azul y Eurovisión
No me gusta que se pongan de moda las cosas que me gustan a mí, porque cuando es sólo tuyo gusta más. Aún así, ni que decir tiene que mi voto va para ellos. ¡Y el vuestro también! ¿No soy blogger influenciador? Pues venga, no os voy a pedir que votéis a los mismos que yo en las elecciones, pero sí os lo pido para Eurovisión.
Al levantarme hoy, pocas horas después del concierto, y por si me quedaba alguna duda, Escolar hace explícito a quién va a votar en un post medio en broma medio en serio político-musical.
5 comments