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Viaje a Ginebra

Ginebra

Hace ya cuatro dí­as que estoy de vuelta y todaví­a hoy empiezo a adaptarme. Alguien me pidió que le resumiese el viaje en dos lí­neas, y me salió esto: he visto los mejores coches del mundo, he comido comida rica, he visto chicas guapas y una ciudad bonita, ¿qué más se puede pedir?

Para poner en contexto a los perdidos, era un viaje de trabajo, para cubrir el Salón del Automóvil de Ginebra para Motorpasión. Lo que no quita que lo haya disfrutado como si fuesen unas vacaciones. La parte negativa de esto es que apenas he visto la ciudad, sólo el último dí­a cuando el salón cerraba, sobre las 18:30, pero a esa hora en Suiza ya está todo cerrado.

Ginebra es una ciudad pequeña (según la Wikipedia, ¡más pequeña que Coruña!), pero con aires de gran ciudad. Lo dije a la vuelta, si no hablasen francés e hiciese tanto frí­o, me entrarí­an ganas de irme a vivir allí­. Me esperaba que fuese una ciudad más cara, pero no fue así­: comer fuera es aproximadamente como en España. El transporte sí­ que es más caro, pero siendo turista no lo pagas.

Hablando de transporte, me llamó la atención que ni en el bus, ni en el metro ni en el tranví­a pagues el billete al entrar, tú te subes y ellos confí­an en que lo hayas pagado (hay revisores eventuales). En Barcelona creo que ocurre algo similar, pero no con tanta falta de control. ¿Qué pasarí­a en España si hiciesen eso?

Algunas de las pocas fotos personales que he hecho las podéis ver en mi galerí­a de Flickr del viaje. Claro que el grueso de las fotos son del salón, están todas en la página de Salón de Ginebra 2008.

La anécota del primer dí­a es que SandMan (mi compañero de trabajo) no pudo coger el avión hasta el martes por un problema de última hora, así­ que me fuí­ yo solo a un paí­s desconocido, sin tener ni idea de francés durante un dí­a. Fue una experiencia interesante, estas cosas siempre te hacen subir puntos de autonomí­a.

Los mejores momentos:

Extra Lap (í“scar todos te copiamos)

Ginebra

Era la fiesta de Mini después de su presentación, con DJ incluido. SandMan no me dejó quedarme, y eso que fueron las chicas las que me llamaron para bailar con ellas (puede que estuviese moviendo inconscientemente la pierna mientras estábamos en el stand).

Para el próximo año, me prometo a mí­ mismo más organización, más ví­deos, conocer la ciudad… y quedarme a las fiestas de las marcas.

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