No es lo mismo una pregunta hecha por sms que por teléfono, especialmente si te despiertan a las 5 de la madrugada.
Puede que interrumpas a esa persona, puede que en ese momento no se quiera ocupar de ese tema o puede que directamente no le interese ni en ese momento ni en otro, por eso está bien elegir la forma correcta de comunicación, ya que el medio acaba condicionando el mensaje.
Este tema sería uno de los pilares del hipotético libro que me gustaría escribir algún día, y que aprovecho para rescatar al hilo del post de Antonio Plurk, Twitter y las nuevas herramientas de comunicación en internet.
Se me ocurren cuatro niveles diferenciados para medir esta intrusividad. Podrían ser menos o podrían ser muchos más, depende de la granularidad que le queramos dar. Esta es mi propuesta:
1: Teléfono, comunicación en persona, videoconferencia, etc
Requiere atención inmediata y exclusiva. Es lo más rápido y lo más humano, pero si te comunicas con decenas de personas en el trabajo de esta forma acabarás por volverte loco. En el aspecto personal es más fácil, normalmente sabes a qué horas puedes llamar a tus amigos.
2: Mensajería instantánea
No requiere atención inmediata y exclusiva, pero casi. A la hora de trabajar, te interrumpe si estabas haciendo algo. Es muy tentador utilizarlo para todo, pero además de ser más ineficiente, no tiene esa persistencia del correo electrónico que te permite aplazar la tarea y organizarte mejor.
3: Correo electrónico, sms, correo ordinario
En lugares de trabajo es el sustituto ideal del teléfono, deja libertad de organización a ambas partes. Puedo escribirlo a las 5 de la madrugada sin molestar.
4: Twitter, Plurk, Tumblr, Fotolog…
¿Qué tienen en común? Que tú escribes algo que no sabes quién va a leer. Por tonto que parezca, es muy interesante para establecer lazos sociales con personas con las que sólo intercambias correos o llamadas.
Por ejemplo, pongamos que en Weblogs SL tengo relación cercana con 10 personas. Sin embargo, habrá otras 50 con las que he hablado alguna vez, pero no se me ocurriría llamarlos para decirles “oye, estoy comiendo nueces, ¿tú qué haces?”, pero puedo ponerlo en twitter y que lo lean (si quieren) y que me contesten (si quieren), algo que ninguno de las otras herramientas me permitía.
Recuerdo que cuando conocí el protocolo UDP (tema técnico de redes de ordenadores) me extraño su filosofía: no se aseguraba que los paquetes llegasen, ni siquiera sabías si había llegado o no. Haciendo el símil con UDP, en algunos casos la comunicación no confirmada puede ser muy interesante.
Un blog personal puede tener el mismo uso, pero normalmente para otro tipo de temas algo más serios, o al menos más persistentes en el tiempo. Puede que cuente en mi blog un concierto o un viaje, pero es raro que comente a dónde he ido a cenar. Para esto teníamos fotologs, tumblr y demás, aunque cuesta más para el que lo publica y para el que lo lee. Sigo a unas 90 personas en mi Twitter, pero me sería muy complicado seguir 90 blogs personales o fotologs, sólo echarle un vistazo de vez en cuando.
Seguro que se pueden encontrar más ejemplos para cada categoría, e incluso el uso que le demos puede cambiar esto. Si por ejemplo registramos las conversaciones de Google Talk en Gmail, podemos tener un chat casi asíncrono si la otra persona hace lo mismo.
Foto: Flickr (Porque él también se plantea cómo interactuar con el que está al otro lado de la pantalla)